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Mostrando entradas de julio, 2025

El plan de Belén para follar con el fontanero y grabarlo para su marido

S oy Belén, una mujer de Barcelona con el fuego en la piel y el deseo corriendo por mis venas. Llevo 20 años casada con Juan, mi cómplice, mi amante, mi todo. No somos de los que se atan a las reglas absurdas que la sociedad impone sobre el sexo. Para nosotros, el deseo es tan natural como el hambre o la sed, y lo saciamos sin culpas ni restricciones. Hace poco nos mudamos a un nuevo piso, un lugar lleno de posibilidades, y en el bajo del edificio hay una fontanería que me tiene obsesionada. Más bien, es el fontanero. Un hombre de manos fuertes, mirada traviesa y un cuerpo que me hace perder la cabeza cada vez que lo veo. No puedo evitar imaginarlo desnudo, sudando, follándome sin piedad. Hoy he decidido pasar de las fantasías a la acción. He preparado todo con cuidado: una cámara oculta en un rincón de la cocina, estratégicamente colocada para grabar cada detalle. A Juan le encanta verme en acción, y subir los vídeos a internet es nuestro pequeño ritual. Me pone aún más cachonda saber...

Aventura erótica con el hijo de unos amigos

E ra lunes por la mañana, y el sol apenas se filtraba por las cortinas de mi casa. Mis amigos me habían pedido que cuidara de su hijo Mario durante una semana mientras estaban de viaje. Acepté sin dudarlo; Mario, recién cumplidos los 18, era un chico tranquilo, universitario, que parecía no dar problemas. Mi esposo, como siempre, estaba en el trabajo, agotado como de costumbre, dejándome sola en la casa con las tareas del hogar y una sensación de vacío que no quería admitir. Estaba ocupada con la limpieza cuando decidí pedirle a Mario si me echaba una mano. Lo encontré en el salón, inmerso en su consola, en su móvil, pero cuando le pregunté si podía echarme una mano con la escoba, dejó el móvil al instante y asintió con una sonrisa. —Claro, sin problema —dijo, levantándose con entusiasmo. Le indiqué que barriera las habitaciones mientras yo seguía con lo mío. Mario se puso manos a la obra, y yo me dediqué a ordenar la cocina. Al rato, su móvil que estaba en el sofá donde estaba jugando...

La estrategia de Asunción para follarse a Diego

S oy Asunción, una mujer de 59 años, viuda desde hace más de cinco. Soy una mujer madura, con mis michelines y estrías marcando mi cuerpo, pero eso no me apaga. Al contrario, soy ardiente, y cuando se trata de follar, sé cómo hacer que un hombre tiemble de placer. Hace tiempo que no siento el roce de otra piel, ni hombre ni mujer, y cuando el deseo me quema, mis manos saben cómo calmarlo. Pero esta vez, quería más. Quería a Diego. Diego es el chico de 22 años que alojo en mi casa. Trabaja en el supermercado, tiene un cuerpo joven y firme, y una mirada que, aunque tímida, esconde un fuego que me intrigaba. Era domingo, y él estaba en su cuarto, inmerso en sus videojuegos. Decidí que era el momento. Subí al baño de la planta de arriba con una idea clara: provocarlo. Dejé la puerta de la ducha abierta a propósito, sabiendo que él podría subir en cualquier momento. El agua caliente comenzó a caer sobre mi piel, resbalando por mis curvas, mis pechos pesados, mis caderas marcadas por los año...

Torbellino de deseo y libertad desenfrenada

E n un laboratorio secreto de la Agencia Aeroespacial XAI, tres científicos —Lara, una astrofísica de mirada electrizante; Markus, un ingeniero cuántico de físico esculpido; y Sofía, una crono dinamista de curiosidad insaciable— lograron descifrar el enigma del tiempo. Su invención, el Vórtice Temporal, los catapultó a la Escandinavia del siglo IX, en plena era vikinga. Su misión era observar y documentar, pero lo que encontraron los sumergió en un torbellino de deseo y libertad desenfrenada . Emergieron en una playa azotada por el viento, rodeados de fiordos y el rugido del océano. Vestidos con túnicas de lino y cuero para pasar desapercibidos, se infiltraron en una aldea vikinga, donde fueron acogidos como viajeros tras compartir hidromiel bajo un cielo cuajado de estrellas. La primera noche, alrededor de una hoguera, presenciaron la sexualidad cruda de los vikingos: hombres y mujeres se entrelazaban sin tabúes, sus cuerpos brillando bajo las llamas, en una danza de gemidos y risas. ...

Rituales sexuales en un campamento vikingo

E n un laboratorio secreto de la Agencia Aeroespacial XAI, tres científicos —Lara, una astrofísica de mirada electrizante; Markus, un ingeniero cuántico de físico esculpido; y Sofía, una cronodinamista de curiosidad insaciable— lograron descifrar el enigma del tiempo. Su invención, el Vórtice Temporal, los catapultó a la Escandinavia del siglo IX, en plena era vikinga. Su misión era observar y documentar, pero lo que encontraron los sumergió en un torbellino de deseo y libertad desenfrenada. Emergieron en una playa azotada por el viento, rodeados de fiordos y el rugido del océano. Vestidos con túnicas de lino y cuero para pasar desapercibidos, se infiltraron en una aldea vikinga, donde fueron acogidos como viajeros tras compartir hidromiel bajo un cielo cuajado de estrellas. La primera noche, alrededor de una hoguera, presenciaron la sexualidad cruda de los vikingos: hombres y mujeres se entrelazaban sin tabúes, sus cuerpos brillando bajo las llamas, en una danza de gemidos y risas. La...

Las aventuras de Clara un sábado por la mañana

E ra sábado, un día caluroso de julio, y acabábamos de desayunar. Mi mujer, Clara, se fue a ducharse, pues esa mañana había quedado para verse con su amiga Lola, tomar algo y hacer algunas compras con ella. Yo me acomodé en mi sillón de lectura, con El Quijote en la mano, listo para seguir con su lectura. Clara salió de la ducha y se vistió frente al espejo, ajustándose unos vaqueros ceñidos que marcaban su hermoso culo y esas caderas que volvían loco a cualquiera. Un top negro que dejaba al descubierto su ombligo y la silueta perfecta de sus tetas, que se movían con cada paso. —Voy bien... ¿Qué te parezco? —, me dijo con una mirada sensual.  —Estas estupenda —, le dije, para desnudarte y pegarte un polvo. Me guiñó un ojo, y yo sonreí, acercándome para susurrarle antes de que cerrara la puerta: —Pásatelo bien, cariño. Si te pones cachonda con algún tío, o si Lola se insinúa, no lo dudes, dale gusto a tu coño, folla si te apetece, pero ya sabes grábalo si puedes. Luego me lo cuentas...

La vida de pareja y las relaciones abiertas

M e llamo Clara, tengo 56 años y, aunque el tiempo ha dejado su huella, me siento más deseable que nunca. Mi cuerpo, cuidado con esmero, sigue atrayendo miradas. Siempre visto con un toque provocativo pero elegante: faldas ajustadas que marcan mis caderas, blusas que insinúan el escote sin ser vulgares, y tacones que alargan mis piernas. Trabajo en el sector inmobiliario en Madrid, un mundo donde la seducción y la confianza van de la mano. Mi esposo, Diego, es un ejecutivo del sector energético, un hombre atractivo y seguro que siempre ha sabido alimentar mis fantasías. Hace un par de años, Diego me confesó algo que me encendió: quería verme follar con un hombre más joven. No me sorprendió del todo; yo misma había fantaseado con ello, pero también con verlo a él perdiéndose en el cuerpo de otra mujer, arrancándole gemidos y orgasmos. Desde que nuestros hijos se independizaron, decidimos abrir nuestra relación. Las reglas eran claras: solo sexo, nada de enamoramientos. Si a él le apetec...

Encuentro erótico en el mercado

M aría paseaba por el mercado, envuelta en el bullicio de los vendedores y el aroma embriagador de las frutas frescas. A sus 38 años, sus curvas aún atraían miradas furtivas, pero en casa, su esposo la ignoraba, dejando su deseo como un fuego latente a punto de desbordarse. Hoy, el calor del mercado y el roce de su vestido contra la piel avivaban una inquietud que la hacía sentirse viva, anhelante. Se detuvo frente a un puesto rebosante de colores: mangos dorados, fresas brillantes y melocotones que parecían susurrar tentaciones. Tras el mostrador, Juan, un hombre de unos 40 años, la observó con una sonrisa confiada. Su piel bronceada y sus manos fuertes, sosteniendo un melón con firmeza, despertaron un cosquilleo en María. —Señora, estas fresas son tan dulces como sus labios —dijo Juan, su voz grave y provocadora, acercando una fresa a su boca mientras la miraba fijamente—. Y estos melocotones… no le llegan a su suavidad. María sintió un calor subirle por el pecho. El descaro de Juan ...

Nuria, escort y estudiante universitaria

M e llamo Nuria , tengo 21 años, soy delgada, de estatura media, con una melena castaña que cae en ondas suaves por mis hombros. Vivo en Alicante , de familia acomodada y mentalidad progresista, me ayudan en lo que pueden mientras curso mi segundo año de carrera. Siempre he sido una mujer libre, desinhibida, con una pasión desbordante por mi sexualidad. Desde mi primera vez a los 15 años, con un compañero de instituto en un encuentro torpe pero consentido, supe que el placer sería una parte esencial de mi vida. Como mi deseo es...  me masturbo todos los días , a veces más de una vez, explorando mi cuerpo con dedos curiosos que conocen cada rincón de mi piel. Tengo una amiga intima, Nati. Hace unas semanas, me confesó algo que me dejó intrigada: trabajaba como escort , acompañando a hombres mayores, hombres con experiencia que pagaban generosamente por su compañía y por sexo. “Gano un dineral, Nuria, y encima disfruto,” me dijo con una sonrisa pícara. Sus palabras resonaron en mi ...

El chico de mantenimiento me pilla masturbandome

E stoy en mi cuarto del alojamiento universitario, con la puerta cerrada, o eso creía. La ropa me sobra de cintura para abajo; mis bragas están en el suelo, y mi coño, húmedo y expuesto , responde al roce de mis dedos. Me estoy masturbando , perdida en el placer , mientras la cámara de mi móvil graba cada movimiento. Subo contenido a OnlyFans para sacarme unos euros y pagar mis estudios, y este vídeo promete ser de los buenos. Mi respiración se acelera, mis caderas se mueven solas, estoy tan cerca... De pronto, un ruido en la puerta me saca del trance. Levanto la vista justo cuando se abre, y un chico de mantenimiento, con su mono de trabajo azul, aparece en el umbral. Sus ojos se abren como platos al pillarme con las piernas abiertas, mis manos en mi coño y la cámara grabando. —Joder, lo siento, creí que era la salida —balbucea, rojo como un tomate, dando un paso atrás. Mi corazón late a mil, pero en lugar de cubrirme, una chispa de audacia me recorre. Lo miro fijamente, con una son...

La aventura del capitán en la mansión de Pafos, Chipre

M i nombre es Noah , tengo 71 años recién cumplidos, curtido por el mar y los vientos de mil travesías. Durante cuarenta años fui capitán de barcos mercantes, navegando por todos los continentes, dejando amores fugaces en cada puerto, sin atarme nunca al matrimonio. Soy americano de nacimiento, y chipriota de adopción. Mi residencia radica en Pafos , Chipre , allí vivía los tres meses al año que tenía de descanso cuando navegaba, en una mansión que refleja los frutos de mi vida aventurera. Sin embargo, esta casa, con sus amplios salones y habitaciones con vistas al Mediterráneo, se ha vuelto una carga para esta nueva etapa de mi vida. Decidí ponerla en venta, y así fue como conocí a Eleni . Eleni, una agente inmobiliaria de unos 35 años, llegó a mi puerta con una sonrisa profesional y un aire que no podía ocultar su sensualidad. Su pelo largo y azabache que caía como una cascada hasta donde la cintura pierde su nombre, su piel morena brillaba bajo el sol chipriota, y sus pechos pequeñ...