Ir al contenido principal

Entradas

Micro relato erótico: Barriguita de oficinista me hizo venirme varias veces

Entradas recientes

Micro relato Erótico: Trio con dos clientes en el burdel

Perdóname, mi amor, pero no puedo parar de escribirte esto con el coño todavía palpitando de ayer, imaginándote a ti sola en casa, con las piernas abiertas, metiéndote los dedos hasta el fondo mientras lees y te retuerces de placer. Me muero de ganas de llegar y lamerte yo misma cada gota. Ayer fue un día que me tuvo empapada desde la mañana, pensando en ti, en mi Rosa, y en cómo íbamos a follar como locas al terminar el turno. Cinco hombres pasaron por mi cama en ese Barcelona gris y frío. Yo hice cinco servicios; tú, cuatro. Las dos con nuestra promesa: disfrutar lo justo y guardar los orgasmos más brutales para nosotras. El primero fue ese señor de cincuenta y tantos, fuerte y cuidado. Lo recibí con el picardías blanco que te vuelve loca, medias transparentes y unas braguitas tan mínimas que mi coño depilado se transparentaba. Lo desnudé despacio, rozándole el pecho, la barriga, hasta sacar su polla dura y palpitante. Me arrodillé, me la metí entera en la boca, chupando fuerte, trag...

Micro relato erótico: Pasión Lluviosa en Garrotxa, de regreso a casa

El 26 de diciembre de 2025, dejamos atrás el camping de la Garrotxa y pusimos rumbo a Barcelona. Mañana volvemos a la rutina del trabajo, y a las dos nos invade una pereza inmensa, como si el cuerpo se resistiera a romper esa burbuja de placer y complicidad que habíamos tejido durante las fiestas. El día de Navidad había sido perfecto para no movernos del sofá. Por la mañana, con algo de energía, paseamos por Olot, disfrutando del aire fresco y de las calles casi vacías. Comimos de maravilla en un restaurante del centro: platos generosos, vino tinto que nos calentaba la sangre y nos ponía la piel sensible. Al volver al bungalow, la lluvia empezó a caer con fuerza, un diluvio que golpeaba el tejado como un tambor constante, hipnótico. En esa cama estrecha, con el frío colándose por las rendijas, nos refugiamos bajo las sábanas. Empezó con caricias lentas, besos suaves en el cuello, pero pronto el deseo nos devoró. Lola me quitó la camiseta con urgencia, chupándome los pezones hasta endu...

Micro relato erótico: Pasión volcánica en la Garrotxa

MI QUERIDA CONFIDENTE, ayer llegamos a la Garrotxa sin contratiempos; la autopista estaba, como siempre, repleta de camiones, pero la lluvia nos dio una tregua. Nos detuvimos en Girona porque a Lola le entró un antojo irresistible de chocolate caliente. Frente al ayuntamiento hay una granja centenaria que sirve un chocolate espeso y delicioso, de esos que te envuelven la lengua y te calientan el cuerpo entero. Nos lo tomamos como dos niñas golosas, lamiendo la taza hasta la última gota. Dicen que el chocolate despierta el deseo, pero a nosotras no nos hace falta excusa: ya ardíamos por dentro. De camino a Banyoles pasamos por Olot, esa ciudad rodeada de volcanes dormidos. Llegamos al camping Lava con la intención de despertar uno propio. No sé si fue el chocolate o la anticipación, pero el cosquilleo entre las piernas ya era imposible de ignorar. Empezó a llover con fuerza justo cuando nos entregaron las llaves del bungalow. Era pequeño, acogedor, con una cama de matrimonio que invitab...

Micro relato erótico: Un servicio en el burdel con un matrimonio

MI TRABAJO COMO ESCORT siempre me reserva sorpresas ardientes e inesperadas. Aquella tarde llegué al burdel sobre las cuatro, y nada más entrar, Juana, la madame me interceptó con esa sonrisa traviesa que anunciaba algo jugoso. —Sara, mi reina, arriba te espera un servicio especial. Pareja joven buscando trío. Es un regalito de ella para él… regalo de aniversario. —¿Edades? —Él treinta y cinco, ella veintiocho. Están nerviositos, pero con muchas ganas. —Perfecto. Me preparo y subo. Me duché despacio, dejando que el agua caliente resbalara por mis pechos y mi vientre como una caricia anticipada. Elegí lencería blanca de encaje sin sujetador, para que mis pezones se marcaran duros y visibles, medias hasta medio muslo que abrazaban mi piel, maquillaje suave pero con labios rojos intensos, y unté lubricante en mi ano por si la cosa se ponía salvaje. Me envolví en el albornoz de seda y subí. La habitación olía a jazmín, luz tenue, sábanas blancas recién puestas. El ambiente perfecto para pe...

Micro relato erótico: Vivencia vintage con un chico virgen

HOY VOY A CONTARTE con todo lujo de detalles aquella experiencia que aún me acelera el pulso al recordarla. Existía una costumbre oculta entre las familias acomodadas: algunos padres burgueses seguían con esa tradición antigua de llevar a sus hijos vírgenes a una puta para que los convirtieran en «hombres de verdad».  Aquel día había sido tranquilo; solo dos clientes por la mañana. Me estaba duchando y retocando cuando Julia entró en mi habitación. «Sube arriba, tienes uno especial». «¿Qué es esta vez?», pregunté. «Un padre que quiere que inicies a su hijo. Acaba de cumplir dieciocho, lo he comprobado». Suspiré aliviada; al menos era legal. «De acuerdo, seré suave y didáctica». Me puse un camisón sencillo de seda que dejaba entrever mis curvas, sin lencería demasiado agresiva, y subí al piso de arriba con el albornoz encima. Me lo quité al entrar en la habitación y me senté en la cama, nerviosa yo también, porque aquel chico me recordaba tanto a mi propio hijo... Llamaron. Entraron...

Micro relato erótico: Erotismo en un hotel de lujo

AYER LLEGAMOS UN POCO TARDE, sin ninguna prisa. Nos paramos en un buen restaurante para disfrutar de una cena deliciosa, con vino que nos dejó el cuerpo caliente y relajado. Por suerte, hoy no trabajamos; si no, con tanta comida rica, el gimnasio habría sido obligatorio. Lola ya está perfecta, ya no mancha nada; te lo certifico, anoche no. Después de la regla, follamos con toda la intensidad del mundo. Te escribo ahora cerrando las piernas con fuerza, recordando cómo me despertó esta mañana con su lengua, y esperando que vuelva a hacerlo pronto... Pero hoy la vivencia que te cuento no es de hace mucho; ocurrió hace solo dos semanas y aún la tengo fresca en la memoria, palpitando entre mis muslos. Te voy a hablar de un servicio externo, una salida a un hotel. Una noche completa. En nuestro oficio, el cliente es lo primero: discreción absoluta. Algunos de nuestros clientes más importantes —hombres públicos, de esos que imaginas en las noticias, poderosos y con dinero de sobra— no se arri...